martes, 22 de noviembre de 2011

La Farmacogenética podría evitar y predecir al menos la mitad de las respuestas inadecuadas a los medicamentos



Madrid (23/11/2011) - Redacción

El Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, junto al Instituto Roche, organiza una jornada científica sobre 'Biomarcadores moleculares, Farmacogenética y marcadores de imagen'


Una de las causas más importantes de la variabilidad interpersonal en la respuesta a los medicamentos, e incluso en el diagnóstico de las enfermedades, son los factores genéticos. Ante un mismo diagnóstico y tratamiento cada paciente responde de manera diferente. Esta variabilidad de la respuesta puede oscilar entre un 20 y un 70 por ciento. Terapias dirigidas y nuevos tests ayudan a mejorar no sólo el diagnóstico y tratamiento, ofreciendo beneficios clínicos a médicos y pacientes, sino que contribuyen también a un uso eficiente de los recursos sanitarios.
El Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, en colaboración con el Instituto Roche, ha celebrado una jornada científica sobre 'Biomarcadores moleculares, Farmacogenética y marcadores de imagen'. Como lo define la coordinadora de este encuentro, María Sanjurjo, jefa del Servicio de Farmacia Hospitalaria del HGU Gregorio Marañón de Madrid, "este encuentro permite no sólo conocer cuál es el presente y el futuro de la Farmacogenética, sino también las claves para modificar la organización de los hospitales ante esta nueva realidad marcada por el diagnóstico genético y molecular".
Y es que, a su juicio, "la excelencia en la gestión farmacoterapéutica, aumentando la efectividad y la seguridad de las terapias, pasa en estos momentos necesariamente por conocer y aplicar las evidencias científicas farmacogenéticas".
En el acto inaugural de esta reunión, clínicos y autoridades sanitarias han defendido los progresos que se están consiguiendo en el campo de la Medicina Individualizada. Antonio Burgueño, director general de Hospitales de la Consejería de Sanidad de la CAM, ha subrayado que "sería una estupidez generacional volver la cabeza ante los avances en el conocimiento genético, pero tampoco podemos pretender abordar e introducir todos al mismo tiempo, ya que corremos el riesgo de desbordar el sistema sanitario; hay que ir dosificando y adecuando este conocimiento a la estrategia sanitaria actual, haciendo una introducción ordenada".
Burgueño aconseja "pasar de una atención hospitalaria organizada por servicios a una atención por procesos", siendo también necesario "formar equipos multidisciplinares". En este contexto, subraya que "la Comunidad de Madrid no va a apagar la luz que arroja este conocimiento: creemos en esta revolución científica; es más, si somos líderes en una Medicina innovadora y de excelencia, estamos convencidos que esto nos traerá grandes beneficios en diferentes ámbitos".
Impulsar la Medicina Individualizada
Por su parte, el director gerente del Gregorio Marañón, Ricardo Herranz, ha apostado por "impulsar la implementación de una Medicina Individualizada, ya que esto aumentará la calidad de la asistencia sanitaria". En este campo, ha añadido, "el Servicio de Farmacia de nuestro hospital es líder y un referente nacional".
En esta misma línea, el director general del Instituto Roche, Jaime del Barrio, ha apuntado que "estamos ante una Medicina que nos ofrece una atención sanitaria más eficaz y segura". Respecto a esta jornada en sí, ha resaltado que "se encuentra en la línea de las jornadas científicas que está promoviendo el Instituto Roche desde hace ocho años, pero cuenta con la innovación de revisar un aspecto especialmente novedoso, como son los biomarcadores de imagen".
En el encuentro, al que han asistido cerca de 250 profesionales de distintas disciplinas biomédicas, ha habido dos mesas redondas. Por un lado, se han puesto ejemplos de las implicaciones clínicas y el uso rutinario que se está haciendo ya de los avances farmacogenéticos y el empleo de biomarcadores moleculares en la atención de enfermedades tales como la hepatitis C o las enfermedades oncológicas; igualmente, se han apuntado los cambios organizativos a implementar en el ámbito de los servicios de Farmacia Hospitalaria para asumir los progresos que se derivan de la Farmacogenética.
En otra mesa redonda se ha abordado uno de los aspectos más innovadores, prometedores y esperanzadores en el manejo de las enfermedades complejas: los biomarcadores de imagen, que definen características objetivas extraídas de las imágenes médicas, relacionadas con procesos biológicos normales, enfermedades o respuestas terapéuticas.
Ventajas de la Farmacogenética
A pesar de un diagnóstico y tratamiento supuestamente acertado, tal y como resalta la doctora Sanjurjo, "algo más de uno de cada tres pacientes no responde adecuadamente a la terapia farmacológica prescrita". En unos casos, el tratamiento no es eficaz, en otros surgen efectos adversos inesperados y, en otras situaciones, concurren ambos problemas.
Partiendo de esta realidad, según comenta Sanjurjo, "la Farmacogenética podría permitir que, al menos, la mitad de las respuestas inadecuadas a los fármacos sean previstas y evitadas". Según distintas estimaciones, "hay un 50 por ciento de variabilidad de los pacientes en la respuesta a un fármaco (su eficacia y seguridad) que no es prevenible; sin embargo,"al menos la mitad de esta variabilidad actualmente no prevenible se va a poder predecir con la Farmacogenética". Con lo que contribuiremos a un uso eficiente de los recursos, sobre todo en el ahorro económico y social, ejerciendo el control de un elevado porcentaje de reacciones adversas y lo que éstas suponen.
La aplicación de la Farmacogenética en la clínica era totalmente impensable hace algunos años, debido principalmente al déficit de conocimiento en este ámbito y a las limitaciones y coste de la tecnología existente en ese momento. Sin embargo, reconoce Sanjurjo, "ahora la traslación a la clínica de los avances farmacogenéticos es más sencilla, debido principalmente a la mejoría notable de la tecnología de análisis de la información genética y a la disminución de sus costes".
Coincidiendo con esta idea, Ángel Carracedo, director del Instituto Gallego de Medicina Genómica, reconoce que "ya disponemos de la tecnología necesaria para poder efectuar este tipo de pruebas con fiabilidad, alta sensibilidad y especificidad, que permiten realizar un análisis poco costoso en un periodo de tiempo tal que no supone un retraso excesivo para el inicio del tratamiento".
Papel de los biomarcadores moleculares
Los biomarcadores moleculares pueden ofrecer una información muy útil. Como explica Rafael Bañares, director científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Gregorio Marañón, "son biomoléculas que se pueden relacionar con un rasgo genético y, por lo tanto, pueden tener una enorme utilidad clínica, tanto para el diagnóstico de enfermedades como para la elección de alternativas terapéuticas".
Respecto a los biomarcadores de respuesta a fármacos, señala Ángel Carracedo, "no sólo pueden arrojar información en relación con el curso natural de la enfermedad, sino que también pueden usarse como blancos críticos contra los cuales dirigir balas farmacológicas altamente específicas".
Muchos de ellos ya han sido aprobados y validados por las agencias norteamericanas y europeas de regulación de fármacos (FDA y EMA), lo cual exige cambios en la ficha técnica de los medicamentos. Incluso, ya hay más de una decena de fármacos que disponen de biomarcadores validados a la vez por la EMA y la FDA. De hecho, recientemente estas agencias han diseñado una estructura conjunta para validar las evidencias científicas en este ámbito, que serán trasladas a las fichas técnicas de los medicamentos.
Actualmente, son centenares los biomarcadores identificados que pueden influir en la respuesta a fármacos; sin embargo, aún son pocos los que acumulan una suficiente información. En opinión del doctor Carracedo, "tanto la búsqueda de nuevos biomarcadores como la necesidad de contar con estudios para validar los existentes, abren un campo excitante de investigación para los próximos años y van a facilitar su integración definitiva en la práctica clínica".
Una nueva esperanza: los biomarcadores de imagen
El enorme potencial de los biomarcadores de imagen los ha convertido en uno de los campos de investigación más activos, permitiendo visualizar y medir procesos fisiológicos y biológicos a partir de modelados tridimensionales de una región de interés en un paciente concreto.
"La principal contribución de los marcadores de imagen es que proporcionan un elemento de conocimiento funcional sobre lo que está ocurriendo en un lugar concreto del organismo. Podemos ser capaces de captar de una manera gráfica qué sucede antes o después de una determinada maniobra terapéutica o qué elementos están condicionando el pronóstico", resalta Bañares.
Aunque es en la Oncología donde la implementación de los progresos farmacogenéticos y el uso de biomarcadores moleculares y de imagen está más extendida, también hay otras disciplinas y, en concreto, enfermedades específicas de una gran trascendencia sociosanitaria que están beneficiándose ya de estos conocimientos.
En esta jornada se ha prestado una atención especial a la utilidad de los marcadores de imagen molecular en la esclerosis múltiple (EM). Como ha explicado Ana Mª Catafau, que preside el Barcelona Imaging Group (BIG) y que es directora del programa de Neuroimagen del Grupo de Neuroinmunologia (IDIBAPS), "la sensibilidad y reproducibilidad de las escalas clínicas utilizadas para cuantificar la discapacidad en EM es escasa. Todo ello dificulta tanto el diagnóstico clínico como la realización de ensayos clínicos para valorar la eficacia de nuevos tratamientos, y explica el énfasis en la investigación de biomarcadores que permitan un diagnóstico clínico temprano y específico de la EM, así como la predicción de la evolución y la respuesta terapéutica".
En cuanto a la hepatitis C, Bañares asegura que "la disponibilidad de nuevos biomarcadores moleculares está modificando el manejo clínico de estos pacientes". De hecho, añade, "uno de los acontecimientos más importantes que se ha registrado en los últimos años en el tratamiento de la hepatitis C es el descubrimiento de un marcador molecular, el IL28B, que es capaz de determinar precozmente de forma muy sencilla y precisa la respuesta a la terapia".

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